licencia creative commons

jueves, 3 de abril de 2014

AUDICIÓN: SINFONÍA Nº 4 EN LA MAYOR OP. 90 "ITALIANA". FÉLIX MENDELSSOHN


Muchos de los compositores del Romanticismo sufrieron condiciones claramente adversas a lo largo de su carrera; acuciados por las deudas, criticados, incomprendidos por sus contemporáneos, llevaron una vida tumultuosa consecuencia de su carácter arrebatado que, en no pocos casos, les deparó un dramático final. Félix Mendelsshon no fue, ni mucho menos, uno de estos desgraciados greñudos. Tuvo una vida corta (1809-1847) pero era rico, guapo, buen mozo y su talento como compositor e intérprete (pianista, organista, violinista) fue ampliamente reconocido. Destacó desde niño y, gracias a sus maestros (sobre todo a Zelter) pudo conocer en profundidad la música de J. S. BACH (que había caído completamente en el olvido en aquella época) y la de otros insignes compositores del XVIII. Eso, afortunadamente para todos nosotros, le llevó más tarde a reponer la música de Bach y Haendel e incluso de autores aún más antiguos como Palestrina o Lassus, logrando que su música fuese justamente apreciada.

            La obra de Mendelsshohn está pues impregnada de las mejores influencias mezcladas con una asombrosa capacidad natural, una sensibilidad extrema y un talento excepcional para la melodía. Muestra la claridad en la estructura de Mozart o Haydn, el contrapunto y la profundidad de Bach y una moderada dosis de innovación romántica, sujetando un poco las riendas de este movimiento que corría el riesgo de quedarse vacío a base de despreciar la tradición. La Sinfonía "Italiana" respeta, en consecuencia, la forma de la sinfonía clásica con sus cuatro movimientos, incluso el tercero es un "minueto" (movimiento que había sido sustituido desde el primer romanticismo por el "scherzo"), fue compuesta durante un viaje a Italia del compositor entre 1830 y 1832, aunque la terminó en Berlín al año siguiente. Sus movimientos son:

 

            I. ALLEGRO VIVACE (10' 26'')

            Presenta con alguna modificación el esquema de los primeros movimientos de las sinfonías clásicas, lo que se llama la forma sonata (consta de tres partes, "exposición", "desarrollo" y "reexposición") en la que se resuelve el contraste armónico entre dos temas melódicos distintos (el primero en la mayor y el segundo en la tonalidad de la dominante, mi mayor) que apareciendo en la exposición volverán a repetirse en la reexposición pero, en este último caso, lo harán los dos en la tonalidad principal (la mayor).

            El primer tema arranca con juvenil impaciencia sin ninguna introducción, es una estupenda melodía llena de vitalidad que interpretan los violines casi escapando del acompañamiento que lleva a cabo el viento. Después de una transición conjunta de cuerda y viento se llega al segundo tema, el viento madera recuerda el tema anterior. Tras las repeticiones, aparece en el desarrollo una melodía tratada en forma de fuga que se repetirá al final, después de la reexposición de los dos primeros temas.

 

            II. ANDANTE CON MOTO (6' 57'')

            También respetando la tradición, el segundo movimiento es lento (solía ser andante o adagio). Tiene éste un carácter procesional, sosegado, en el que cobran protagonismo los oboes, fagotes y violas en un principio. Una segunda melodía es iniciada por los clarinetes y se cierra el movimiento con el recuerdo del tema inicial.

 

            III. CON MOTO MODERATO (6' 42'')

            Como ya hemos apuntado, este movimiento es un minueto, es decir, una danza lenta, con ritmo ternario, muy popular durante el Barroco que se incorporó durante el periodo siguiente (Clasicismo) a las sinfonías como tercer movimiento. Suele constar de tres partes, la última es una repetición de la primera, y la parte central se llama trío (porque antiguamente era interpretada por tres instrumentos). En esta sinfonía "Italiana" también pueden apreciarse las tres partes citadas, destacando en el trío el papel de trompas y fagotes y, teniendo en cuenta que la tercera parte no es repetición exacta de la primera. En general, el ritmo no es mecánico ni marcado como en un minueto clásico, pero se reconoce bastante bien. La melodía es profunda y elegante.

 

            IV. SALTARELLO (PRESTO) (5' 36'')

            Mendelssohn utiliza aquí una danza típicamente italiana (muy popular ya en el Renacimiento donde se interpretaba tras otra danza más lenta, el passamezzo) que justifica el sobrenombre de la sinfonía, si estamos atentos al ritmo no nos será difícil deducir por qué se llama saltarello. Consta de una primera melodía a cargo de las flautas, una segunda interpretada por los violines y puede reconocerse una tercera parecida a una tarantela.

 


            En definitiva, la sinfonía Italiana logra conciliar el Clasicismo (representado en la estructura y ciertas armonías) y el Romanticismo (patente en las estupendas melodías y la brillante orquestación).
 
 

No hay comentarios:

Publicar un comentario