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domingo, 9 de febrero de 2014

AUDICIÓN: VARIACIONES GOLDBERG. J.S. BACH


            Según el relato de Johan Nikolaus Forkel, Bach habría escrito este ciclo de variaciones para el conde Hermann Carl von Keyserlingk (por entonces ministro plenipotenciario ruso ante la corte del elector de Sajonia en Dresde). El buen conde, que padecía de insomnio, encargó a Bach algunas piezas para clave de carácter "suave y alegre" para que su clavecinista, Johann Gottlieb Goldberg (discípulo ocasional de Bach), pudiera alegrarle las largas noches en blanco. Parece ser que Goldberg, colocado en una habitación contigua al dormitorio de von Keyserlingk, se aplicaba al teclado durante largas horas para amenizar la velada a su amo.

            Claro está que todo esto necesariamente tiene que ser falso porque serios y recientes estudios así lo atestiguan y porque, como cualquier historiador actual sabe, la ética y la responsabilidad en el trabajo son valores sólo atribuibles a los autores contemporáneos, mientras que los biógrafos de siglos anteriores, carentes en absoluto de estas virtudes, se dedicaban impunemente a mentir, bien sea por adulación, por presión o por deporte. Además, a menudo sólo disponían de testimonios indirectos, como el propio Forkel informado por los dos hijos mayores de Bach, mientras que los musicólogos contemporáneos están en contacto místico directo con el espíritu del propio J.S. BACH y por eso saben a ciencia cierta que el maestro jamás hubiera escrito una nota movido por un motivo tan superficial (conociendo lo que él mismo escribió sobre la finalidad de su arte) y menos aún una obra tan elaborada e intensa como las variaciones Goldberg. Qué más puedo añadir.

            La variación, las variaciones o las diferencias, como se denominaban en la España del siglo XVI, constituyen, más que una forma, una técnica de composición musical que consiste en proponer distintas elaboraciones de un mismo tema inicial y que, oficialmente, aparece en el renacimiento. Sin embargo es ésta una técnica inherente a la práctica musical no escrita que debió perfilarse desde mucho antes y que ha persistido después a lo largo de la historia de la música como una buena prueba de talento y originalidad para los más grandes compositores (me refiero a las largas series de variaciones como éstas de Bach o las variaciones Diabelli de Beethoven, por poner un ejemplo).

            Las Variaciones Goldberg debieron componerse entre 1735 y 1741, aunque el aria inicial (que sirve de base a las variaciones) se encuentra por primera vez en el segundo "Álbum para clave de Ana Magdalena Bach" de 1725 y no se sabe si lo compuso el propio Bach (ese tipo dé álbumes eran regalos en los que se copiaban partituras propias o conocidas para entretenimiento en este caso de su mujer, destinataria del regalo). En total son treinta variaciones ordenadas en grupos de tres; cada grupo se inicia con una variación que recuerda alguna danza (aunque sólo una lleva explícitamente la indicación de giga) y termina con un canon. Las variaciones intermedias de cada grupo son menos claras, aunque hay quien ha querido ver polonesas, en lo que sería un intento por parte del compositor de ganar puntos en la corte polaco-sajona; si fue así anduvo un poco turbio haciendo la pelota pues se han tardado doscientos cincuenta años en intuir que esos movimientos pudieran ser polonesas. Los aires iniciales de danza sí resultan bastante reconocibles por lo cual se ha hablado a veces de suite de variaciones o variaciones de suite, en referencia a la tan usada forma barroca de la "suite de danzas" (conjunto de danzas contrastantes). Las interpretaciones con respecto a esta serie de variaciones son múltiples pero yo me voy a limitar a proponer como guía las indicaciones del propio compositor:

  

Aria                                                                     Variatio 16. Ouverture. a 1 Clav.

Variatio  1. a 1 Clav.                                           Variatio 17. a 2 Clav.

Variatio  2. a 1 Clav.                                           Variatio 18. Canone alla Sexta.

Variatio  3. Canone all'Unisuono, a 1 Clav.        Variatio 19. a 1 Clav.

Variatio  4. a 1 Clav.                                             Variatio 20. a 2 Clav.

Variatio  5. a 1 ô vero 2 Clav.                               Variatio 21. Canone alla Settima.

Variatio  6. Canone alla Seconda. a 1 Clav.         Variatio 22. a 1 Clav. alla breve. 

Variatio  7. a 1 ô vero 2 Clav. -al tempo di Giga.    Variatio 23. a 2 Clav.

Variatio  8. a 2 Clav.                                               Variatio 24. Canone all'Ottava.

Variatio  9. Canone alla Terza. a 1 Clav.               Variatio 25. a 2 Clav. -adagio.

Variatio 10. Fuguetta. a 1 Clav.                              Variatio 26. a 2 Clav.

Variatio 11. a 2 Clav.                                              Variatio 27. Canone alla Nona.

Variatio 12. Canone alla Quarta.                            Variatio 28. a 2 Clav.

Variatio 13. a 2 Clav.                                               Variatio 29. a 1 ô vero 2 Clav.

Variatio 14. a 2 Clav.                                                Variatio 30. Quodlibet. a 1 Clav.

Variatio 15. Canone alla Quinta. a 1 Clav. -andante.   Aria

 

 

            Hay un curioso cuento de E.T.A. Hoffmann, escritor romántico, que habla de estas variaciones y de su valoración a comienzos del XIX. Este es el pasaje:

 

            "Entonces se me acerca el barón, mi antiguo tenor, y me dice: "(Mi querido señor director; interprétenos alguna improvisación maravillosa; por favor, toque una improvisación para nosotros! se lo ruego!". Le respondí secamente que aquel día no estaba yo para improvisaciones; y mientras hablábamos de este asunto, un demonio en forma de petimetre con dos chalecos saca de debajo de mi sombrero las variaciones de Bach, pensando que eran variacioncillas del estilo de Nel cor mi non più sento, Ah vous dirai-je maman*, etc., y quiere oírlas, pretende que las toque. Me niego, y todos se me echan encima. Muy bien, pienso; las van a oír y van a reventar de aburrimiento; y me pongo a la tarea. Para la número 3 se marchan varias damas, seguidas del hombre de testa imperial. Los Röderlein, al ser su profesor el intérprete, aguantaron, como si estuvieran sufriendo un tormento, hasta la número 12. Al llegar a la número 15, el tipo de los dos chalecos emprendió la huida. Por una exagerada cortesía, el barón permaneció hasta la número 30, bebiendo una buena cantidad del ponche que Gottlieb había puesto para mí encima del piano. Habría concluido sin más percances, pero en esa variación número 30, el tema, me arrebató sin que pudiera resistirme. Las hojas en cuarto se convirtieron de pronto en un folio gigante donde aparecían escritas mil imitaciones y ampliaciones del tema que debía tocar. Las notas cobraron vida, titilaban y brincaban a mi alrededor -de las yemas de mis dedos salía fuego eléctrico hacia las teclas- y el espíritu del que brotaban se impuso al pensamiento; toda la sala se llenó de un denso efluvio en el que las velas ardían con luz cada vez más tétrica. De pronto asomaba una nariz, luego un par de ojos; pero enseguida volvían a desaparecer. Así me quedé solo, sentado con mi Johan Sebastian Bach y atendido por Gottlieb, como si fuera un spiritus familiaris".

 

*Variaciones de Beethoven y Mozart, respectivamente.
 
 
PARA ESCUCHAR, DEBAJO EL ENLACE